16 may 2010

Retos y necesidades del Espacio Europeo de Educación Superior en la Universidad Española: estrategias de aprendizaje, e-learning y portfolio

El portafolio como primera herramienta básica de apoyo a las innovaciones metodológicas. Álvarez, L. & González-Castro

El portafolio, definido ampliamente como “… proceso dinámico mediante el cual los docentes y/o estudiantes reúnen los datos provenientes de su trabajo y crecimiento profesional y académico respectivamente, organizados por ellos sobre la base de la reflexión, la discusión y el consenso con otros colegas y el tutor-asesor del proceso “(Lyons, 2006), más que una nueva manera de evaluar, puede considerarse como un modo de entender el proceso de enseñanza. Su aplicación requiere una implicación más profunda por parte del estudiante, quien debe responsabilizarse de su propio proceso de aprendizaje, lo cual facilitará la consecución de una serie de beneficios educativos, por otra parte, inalcanzables mediante metodologías tradicionales. Entre estos beneficios se podría destacar, por ejemplo, el hecho de que el uso del portfolio estimula en los estudiantes un aprendizaje reflexivo, crítico, continuado, personalizado, individualizado y consecuentemente significativo; además facilita la autogestión, es motivante y potencia el cambio de los hábitos de estudio y la relación entre los diferentes actores del proceso educativo (docente-discente-objeto de aprendizaje) (Bía, Carrasco, Jiménez, Montes, & Moreno, 2005). Todo esto conduce a una mayor conciencia metacognitiva en los universitarios y además, en lo que hace al profesorado, facilita o suministra información acerca del proceso de aprendizaje y
desarrollo por el alumnado, aportando además datos acerca del modelos de adquisición de competencias alrededor del cual gira el nuevo modelo educativo (Barragán, 2005;
Bulwik, 2003).
Por último subrayar que además del portfolio “tradicional”, debido a que nos encontramos en plena efervescencia de la sociedad de información, aparece una variante de esta técnica: el portfolio electrónico o también denominado webfolio o portfolio digital, entre otras denominaciones, que no es más que una versión electrónica del portfolio.
Abrami y Barret (2005) lo definen como “un contenedor digital capaz de almacenar contenido visual y auditivo, incluyendo textos, imágenes, vídeos, sonidos, etc., diseñado para apoyar a una variedad de procesos pedagógicos y objetivos de evaluación”.
En la actualidad, en concreto en la enseñanza universitaria, su uso y el de otras técnicas similares como el e-learning empiezan a despertar el interés de las instituciones universitarias debido a sus múltiples ventajas, posibilidades y beneficios para la comunidad docente y el alumnado, ya que ambas técnicas potencian el desarrollo de las habilidades en la tecnología multimedia, ayudan al manejo del propio desarrollo profesional, facilitan el cambio y regeneración de ideas, etc. En definitiva, potencian la reflexión en todas las partes del proceso de aprendizaje y desarrollan en los alumnos un sentimiento de orgullo, logro personal y satisfacción.
Ambas técnicas comparten una clara similitud ya que las dos centran su atención en el uso de las nuevas tecnologías ayudando a la adquisición de conocimientos, habilidades y capacidades en el alumno, y permitiendo que a través de la Red se pueda difundir información, compartirla, generar un conocimiento compartido, etc.

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